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Editorial

:: Porque no es igual para todos ::

By mayo 17, 2021No Comments

Las mujeres en la Universidad de la República (Udelar) están sobrerrepresentadas en los grados 1 y 2 y subrepresentadas en los grados más altos de acuerdo al informe “El lugar de las mujeres uruguayas en los cargos de decisión” que elaboró este año ONU Mujeres. Se trata de un problema público que evidencia una desigualdad sustantiva que afecta a las mujeres. De la investigación se desprende que en la Udelar, por ejemplo, hubo 34 rectores desde que se creó la figura del rector: todos hombres. En contraste: de los 15 decanos, 7 son mujeres en la actualidad. Si bien las mujeres ocupan más de la mitad de los cargos docentes, prevalece su representación en los grados más bajos (1 y 2). A los cargos más altos y mejor remunerados, acceden mayoritariamente los varones: Grado 4 (58%) y Grado 5 (66%). De las 48 rectorías que hubo en la historia de la Universidad de la República, en el cargo de rector hubo 34 hombres y ninguna mujer.

Y no hay una sola causa que pueda explicarlo. Los modelos hegemónicos de masculinidad-feminidad, los roles de poder, históricamente asignados a los hombres, la distribución desigual del trabajo no remunerado; no corresponsabilidad del cuidado y tareas domésticas. La brecha en el acceso a cargos más altos aumenta porque la mujer tiene menos tiempo que los hombres para desplegar este tipo de tareas, que suelen requerir más tiempo de trabajo y mayor responsabilidad. La escasez de ámbitos de discusión y visibilización de estas desigualdades; las violencias discursivas o en los tratos, que viene atado a cuánto cuesta ceder el poder a una mujer son otras de las causas que podrían explicar esta desigualdad. También otras causas tal vez más invisibles como los criterios de evaluación, los méritos. ¿Quién y en base a qué criterios evalúa los méritos? ¿Quién define, por ejemplo, al buen líder? Una mujer con carácter fuerte puede dar una imagen agresiva; en cambio un hombre con el mismo carácter fuerte, puede dar una imagen de “buen líder”. ¿Por qué? ¿Se cuestionan esto al momento de evaluar? ¿Qué medidas se están desplegando para garantizar la participación plena de las mujeres en la toma de decisiones? Los criterios de lo que es ser una “buena líder” seguramente sean distintos entre hombres y mujeres, y es imprescindible que, al momento de elegir a una persona, de decidir un cargo haya una mirada represenativa y heterogénea.

Los invitamos a pensar qué pasa en el ámbito privado. Si bien se han formado observatorios de género en diferentes facultades con el objetivo de estudiar y avanzar en esta inequidad aún resultan insuficientes.
Entre los múltiples efectos que esta desigualdad conlleva se observa lo obvio: menos mujeres en cargos de decisión, que provoca un escaso abordaje de temáticas de interés de las mujeres que podrían contribuir a la igualdad. Como consecuencia del poco acceso a cargos más altos las mujeres ven obstaculizadas sus trayectorias académicas y hay personas menos capacitadas en cargos de decisión de lo que podría haber si la mujer pudiese acceder en igualdad de condiciones a cargos más altos dentro de la Universidad de la República.

Las desigualdades permean en otros ámbitos y este tipo de estudios nos enrostra la necesidad de accionar. Se trata de un problema público que supone el empobrecimiento de las políticas públicas y un deterioro de la democracia.

Si les interesa el tema (esperamos que sí) los invitamos a leer el estudio completo “El lugar de las mujeres uruguayas en los cargos de decisión” elaborado por Victoria Gadea.
https://www2.unwomen.org/-/media/field%20office%20americas/documentos/publicaciones/2021/03/el%20lugar%20de%20las%20mujeres%20uruguayas%20rv%20v03%20web.pdf?la=es&vs=349

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