Aquí algunos datos …
por Laura Rocha
El colectivo de Mujeres Audiovisuales Uruguay (MAU) publicó un libro ¿ Quienes cuentan las historias? que analiza la participación de las mujeres en el sector cinematográfico uruguayo entre 2008 y 2018 que evidencia, entre otros datos, que 7 de cada 10 puestos de dirección son ocupados por hombres.
Es martes 24 de noviembre y estamos terminando una reunión por Zoom con Isabel García y Marta García integrantes de Mujeres Audiovisuales Uruguay (MAU). Cerramos la computadora y respiramos profundo, sentimos estar lejos de visibilizar nuestro trabajo como realizadoras o comunicadoras audiovisuales. Nos preguntamos ¿puede ser que esto siga así? Y como en todo y más en nuestro grupo de tres mujeres dependiendo el tema nos identificamos como (la pragmática, la analítica y la reflexiva); y contestamos, no es mucho peor y empezamos a enumerar situaciones cotidianas que hemos vivido y normalizado para poder estar en el medio.
Escuchar: “la macana es que tiene una hija chica no la llames al rodaje son muchas horas” o “andá vos a pedir los ceniceros que faltan para armar el plano porque en el bar les mostras las tetas y te los dan al toque” “Sí llámala para el casting, es una bomba mira la boca que tiene, por favor”
Después de conversar, y repensarnos, afirmamos el sentido que plantea el colectivo MAU “¡Arriba las que filman!”, como eslogan que incluye a todas las mujeres (profesionales y estudiantas) que desarrollamos trabajos en comunicación audiovisual (cinematográfica, televisiva, , publicitaria, digital y de formación).
Este colectivo que nació por un espontáneo encuentro en Ventana Sur en diciembre 2018 y se afianzó a principio del 2019 busca “garantizar la igualdad de oportunidades laborales y reivindicar el lugar de la mujer en el medio. Queremos un trato con respeto para construir y desarrollar un audiovisual diverso e igualitario” es así como lo presentan en su página web http://www.mau.uy/.
Además de reuniones, talleres y muestras de cine con perspectiva de género, el colectivo Mau público el 18 de noviembre en en el Espacio Feminista Las Pioneras, ¿Quiénes cuentan las historias? Un libro que analiza la participación de las mujeres en el sector cinematográfico uruguayo entre 2008 –año en que se aprobó la Ley de Cine– y 2018. El estudio fue realizado por integrantes de MAU con el apoyo de la oficina Montevideo Audiovisual de la Intendencia de Montevideo (IM) y el Instituto de Cine y Audiovisual del Uruguay (ICAU).
Los objetivos que plantea esta publicación son: promover la igual de oportunidades sociales y económicas detrás y delante de cámara de las profesionales de nuestro sector; terminar con los tratos machistas en el ámbito audiovisual; otorgar herramientas y contención a mujeres que sufran o hayan sufrido situación de abuso o discriminación; fomentar los contenidos que ofrezcan miradas diversas y puntos de vista plurales e igualitarios; contribuir a la realización de una red de contactos que impulse la contratación de más mujeres en el medio; trabajar en red con otras organizaciones de mujeres del audiovisual y disciplinas afines, con el fin de compartir experiencias y concretar objetivos; garantizar una formación audiovisual en instituciones uruguayas que incorpore contenidos realizados por mujeres y estimular la participación de las estudiantes en todos los roles.
Es así, como Mariana Amieva plantea: “si abrimos el plano ahí veremos la participación femenina a lo largo de la historia: mujeres mal pagas, descalificadas, silenciosas y responsables de que toda la maquinaria funcione. Necesitamos una nueva Historia con todas para un nuevo cine inclusivo.”
Es así que empezamos a encontrar los datos duros de la publicación. 7 de cada 10 puestos de dirección son ocupados por hombres, lo clásico es que las mujeres trabajen en producción, arte, vestuario, maquillaje, en el gráfico siguiente planteamos la distribución por roles:
Solo el 1% de las mujeres trabaja en sonido, el 2.9 en Post de Sonido, el 11,2 en Dirección de Fotografía y el 14,4% en Montaje, etc.
¡Hombres a la dirección, mujeres a barrer! (no, a la producción), plantea Pepi Goncalvez en ¿Quiénes cuentan las historias?, en relación a la nueva forma de contar del Nuevo Cine Latinoamricano “El oficio de producción vendría a ser la cocina del Nuevo Cine Latinoamericano, un espacio doméstico y reservado donde las mujeres hacen su trabajo sin reconocimiento creativo. La tarea de producción como sinónimo de “servir” en contraposición a “crear”. Este modelo es funcional al relato de un audiovisual androcéntrico- colonial, que propone “servir al rey”.
Es así que esperamos que a partir de esta publicación se siga concientizando cómo y cuándo se genera el trabajo femenino en audiovisual, pensamos que estamos en un momento crucial para pensar y contar nuestras historias desde un punto de vista diferente, una mirada femenina que redunde en una forma de trabajo diferente, más igualitaria, más humana, más cuidada.
La nueva mirada del cine latinoamericano femenino podría potenciar la dimensión de lo íntimo y autobiográfico, es momento de contar nuestras historias como plantea Raquel Scheffer. “Es relevante considerar este trabajo lúdico y familiar como parte de una forma de producción relacionada con espacios domésticos, pertenecientes a sus entornos cotidianos, así como con personas cercanas, y problemáticas familiares o generacionales”. En este sentido, nos interesa vincular estos modos locales de producción, con lo que analizamos como la puesta en escena de la subjetividad femenina (Scheffer, 2008, p. 74). Lo mismo lo plantearía dentro del párrafo citado, no como cita.
Destacamos la publicación de Mau como investigación y sobre todo por poner sobre la mesa datos claros para llevarnos a la acción. Creemos en la fuerza de la red, del trabajo colaborativo que redunde y promueva nuevos y más contenidos realizados por mujeres. Aspectos como la forma en que están compuestos la redes de mujeres (naturaleza, interés y formación de las participantes) y el número o cantidad que las conforman, así como los objetivos de la tarea propuesta y los roles que desempeñan cada una de las integrantes en función de los cometidos a realizar para colaborar en el fin común. No obstante, el tipo de filiación, en este caso la red, la cercanía, afectiva, familiar, es uno de los factores más determinantes para el desarrollo de un clima de trabajo continuo, lúdico y profesional.
Para acceder a la publicación completa : www.mau.uy
Como bonus track recomendamos «Rita, la primera» en : http://ireneestuvoaqui.blogspot.com/ y https://wfpp.columbia.edu/